Cuando observamos un objeto, grupos específicos de neuronas se activan para comparar diferentes características como el movimiento, el color, la textura y la profundidad. Su objetivo es determinar si lo que percibimos resulta estéticamente agradable. ¿Cómo nos puede ayudar la neurociencia en el diseño para la sostenibilidad ?
La neurociencia ha revelado que la belleza es importante para los seres humanos, ya que influye en nuestras conductas, emociones y decisiones. La experiencia de la belleza surge de mecanismos cerebrales que anticipan y generan estados de placer.
En este contexto, la neuroestética se ha convertido en una ciencia experimental valiosa para la arquitectura y el diseño.
Permite centrarse en los elementos que influyen positivamente en nuestra salud física y mental.
Cada vez más, buscamos entornos saludables y sostenibles que promuevan el bienestar y la productividad de las personas. Gracias a la ayuda de la neuroestética se ha estrechado la relación entre la arquitectura, el diseño y nuestro bienestar.
La incorporación de elementos naturales, como los jardines verticales, en el diseño arquitectónico puede mejorar significativamente la calidad de vida de las personas, fomentando entornos saludables y sostenibles.
Los jardines verticales
Los jardines verticales, que han ganado popularidad en el diseño arquitectónico creando un entorno natural y sostenible dentro de las ciudades, son una excelente manera de añadir vegetación, vida a los espacios urbanos.
El diseño para la sostenibilidad tiende hacia ciudades verdes e inteligentes es cada vez más clara, ya que la humanidad busca una mejor calidad de vida.
Sin embargo, los cambios morfológicos de las ciudades, aún arraigadas al concepto de expansión urbana que puede traer pérdida de áreas verdes, ecosistemas o áreas destinadas a actividades agrícolas, además de la contaminación de los suelos (Chen, 2007), obstaculizan la relación entre las ciudades y la naturaleza.
Los jardines verticales aportan belleza natural «al cemento», transformando cualquier espacio urbano y aportan armonía. Tienen un impacto significativo en la sostenibilidad de las ciudades al proporcionar un ambiente más saludable y agradable para sus habitantes (biofilia).
La incorporación de jardines verticales en el diseño de edificios no solo brinda un atractivo visual, sino que también tiene un impacto positivo en la calidad del aire interior al reducir los niveles de contaminación y mejorar nuestro bienestar.
Además, los jardines verticales también influyen en la acústica del espacio al proporcionar una absorción acústica natural y reducir los niveles de ruido. Estos beneficios son especialmente importantes en espacios comerciales y residenciales, donde el ruido excesivo puede generar estrés y ansiedad. De esta manera el diseño para la sostenibilidad multiplica los beneficios.
En Terapia Urbana trabajamos para ayudarte a construir incorporando soluciones basadas en la naturaleza que mejoren la calidad de vida de las personas y favorecer, así, el desarrollo de ciudades sostenibles.
Si quieres incorporar tu también la naturaleza en tus nuevos proyectos no dudes en ponerte en contacto con nuestros expertos.